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Cuanto hace bien el piano!

Alce la mano quien no haya nunca soñado sobre las notas de un piano. Estamos seguros que en este momento, de manos alzadas vedremos muy pocas... Eh si, porque el piano es uno de los instrumentos que mayormente afascinan por la melodías de sus notas, la delicadéz de su música y la increíble capacidad de tranquilizar las personas que puedan escucharlo en ejecución.

Escuchar la música hace bien, pero parece que sonarla hace todavía mejor, sobretodo a la facultad mental y al cerebro, al menos eso nos dice un estudio conducido de la University Emory en los Estados Unidos.

Aprender a sonar un instrumento, es ya conocido, ayuda mucho a los niños en el desarrollo de sus capacidades cognitivas y relacionales. Al parecer los licenciados han experimentado que los recién nacidos ya después de dos dias de vida están en grado de reconocer las notas y darse cuenta de las desafinaciones. Fueron hechos test e se dieron cuenta que, según la música que venía hecha escuchar, se activaban el hemisferio derecho o el hemisferio izquierdo. Pero no solo, el reciente estudio conducido de la Emory University ha evidenciado como estos beneficios se prolongan especialmente en edad avanzada.

El sonido del piano modifica la estructura cerebral, acelerando la transmisión de los impulsos nerviosos,

Los ejercicios al piano aumentan la mielinización de los nervios que permiten de mover independientemente los dedos y las fibras que conectan las áreas auditivas de los dos hemisferios (estudio publicado en la revista Nature Neuroscience). No es necesario ser músicos profesionales, pero sonar un instrumento habitualmente por un periodo superior a 10 años crea un beneficio en términos de retroceso del envejecimiento de las células cerebrales, que se manifiesta después de los 60 años de edad. 

En particular se reveló que sonar el piano hace bien al cerebro en cuanto influencia positivamente todas las actividades de la esfera cognitiva. También fue revelado que las personas que comienzan con un instrumento son menos propensas al Alzheimer.

El estudio evidenció que los beneficios son mayores en los casos en que el acercamiento con el instrumento sea antes de los 9 años de edad. Pero nunca es tarde para aprender a sonar, considerando que hace bien no solo para tener en forma la mente, sino tambien para divertirse y relajarse.

Un grupo de científicos italianos ha descubierto que los músicos para leer un texto, a diferencia de las personas que no han estudiado música, utilizan las mismas áreas del cerebro abitualmente usada para leer un pentagrama. Y esto puede tener interesantes aplicaciones para los niños en riesgo de dislexia. En el leer notas y palabras, los músicos activan áreas cerebrales diferentes de aquellas observadas en las personas sin conocimientos musicales.

Todos estos beneficios no interesan solo la esfera intelectual, tambien nuestro bienestar físico.

Pareciera que un estudio conducido del equipo del famoso licenciado italiano Luciano Bernardi demuestra que se puede controlar el flujo cardiovasculare utilizando ritmos musicales diferentes. Ritmos y estilos musicales influyen en el funcionamiento presorio, aumentando o disminuyendo el riesgo de enfermedades como derrames cerebrales, infartos, etc. 

O sea, si no sabes tocar un instrumento, inicia!

Nunca es tarde, especialmente para las buenas costumbres!

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